Es más, siempre me gusto definirme como un bicho de ciudad.
No es que antes sólo me interesara el cemento y las salas repletas de humo de cigarrillo. Desde que me acuerdo amo el mar, la playa.
Pero siempre me gustaba lo más marketinero de la madre natulareza, esa que nos muestran las publicidades de cervezas (hace poco alguien dijo que el verano, como estación, estaba sobrevalorado).
Pero esto es un retorno a la naturaleza, por así decirlo, mas básico.
Mis patitas
Ahora me descubro admirando la naturaleza que tengo a mano.
Porque, claro, mirar por espn unos tipejos haciendo kitesurf (?) en Hawai nos da la facilidad de decir: -Claro, en esos lugares, sí.
Pero ahora, por ejemplo, empecé a mirar más para arriba y ver el cielo, en cualquier lado.
O mirar más para abajo. Recordar la delicia de andar en pata. Y pisar el pasto de los parques, o en su defecto, el cuadradito verde que rodea las plantas.
Mis patitas, otra vez.
Y acá, no donde Quilmes, Claro o Ser me digan cuando ni donde hacerlo.
Bueno gente, eso es lo que propongo, sin saber si me estoy volviendo más sensiblero o más viejo (o una combinación peligrosa de ambas, jaja).
Pero qué lindas patitas tengo!
Saludos. De un tirón.
Pd: Post dedicado a la Memoria de Humberto Serra, Cartucho para los amigos.
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